Comprar sobre pedido. ¿Es realmente un beneficio?
Por: Andrés López
Es imposible negar que los avances tecnológicos, la transformación de los medios de comunicación, la tecnificación de procesos y el marketing digital han transformado de una manera radical la forma como compramos y accedemos a productos y servicios que nos encantan, que de una u otra manera solucionan una necesidad puntual que tenemos, o porque simplemente "satisfacen" un impulso desenfrenado por adquirir algo que simplemente nos gusta . Sin embargo, existe una cara de la moneda que tal vez nunca tenemos en cuenta.
Usualmente, estamos programados mentalmente para comprar y recibir el producto o servicio inmediatamente. Y de no hacerlo, tendemos a pensar que hay mala planeación, mal servicio, falta de conocimiento del mercado y desaprovechamiento de oportunidades de "vender más" por parte de la marca. Pero, ¿Esto es realmente cierto?
En esta modalidad de compra el producto está manufacturado y almacenado en el inventario a la espera de ser vendido y posteriormente coordinar el envío. En resumen, recibes tu producto muy rápido debido a que al momento en que lo compras ya existe, ya está disponible. Esta modalidad, aunque es una de la más usadas en el comercio, exige la acumulación de grandes cantidades de inventarios, la necesidad de tener grandes bodegas para almacenar, lo cual genera costos extras que al final se verán reflejados en el precio que pagas por el producto. Sim embargo, es posible alcanzar una mejor eficiencia y evitar pérdidas por vencimiento o deterioro de mercancías en el tiempo realizando un análisis juicioso de la rotación de los inventarios con el fin de tener los artículos en bodega la menor cantidad de tiempo posible.
Es muy importante tener en cuenta que bajo esta modalidad, se incentiva la producción masiva de productos (como la pronta moda, tendencias, etc) que inundan el mercado mundial y por ende, aunque en ocasiones se implementan campañas que invitan a reciclar, no se alcanza a compensar la afectación que se genera.